Por: Pablo A. Vázquez
En estas semanas el proyecto del ex Presidente Néstor Kirchner de liderar formalmente el Partido Justicialista se encamina a convertirse en realidad. A la suma de sectores del campo social “no partidocrático” se le agrega la más notoria y efectivista búsqueda de referentes justicialistas (léase Reuteman, Puerta,; el sector sindical con Moyano y Venegas; o el ex ministro Lavagna, enconado opositor en las elecciones de octubre pasado), dejando solamente como oposición partidaria al duhaldismo residual, a las huestes puntanas y al ex presidente riojano.
En un artículo de meses atrás expuse que “el Peronismo necesita un proceso de resignificación, reconstrucción y replanteo para estos años” y que el Cro. Néstor Kirchner tenía 2 caminos:
“a) rearmar un nuevo Movimiento bajo su liderazgo con base en los actores políticos emergentes … (movimientos territoriales, piqueteros, sectores de centroizquierda, independientes, etc.) más sectores políticos, sociales, empresariales, religiosos y sindicales que compartiesen una visión nacional para reconstruir un proyecto plural (descontando que el “eje” sería rescatar la esencia del Peronismo, más allá de su simbología); o
b) podría recostarse en la estructura del PJ y su dirigencia … para intentar acompañar su proceso”.
Al no poder armar su propio movimiento - dotado de características identificables – debió recurrir a la estructura del PJ, al apoyo de los intendentes del Conurbano y el aval de la CGT y las 62, que confirman una alianza con futuro asegurado. Ahora bien, como estrategia política es impecable…El matrimonio K. tendría las riendas del poder del Estado y de lo político partidario.
Pero eso debe, o debería, traducirse en replantear una propuesta superadora para un peronismo del Siglo XXI.
Hay aportes lúcidos para el debate interno como el de Jorge Rachid y el de otros compañeros, pero la cuestión de fondo es tener en claro las intenciones y objetivos.La primera es obvia: el liderazgo formal de Néstor K. como Presidente del PJ, como centro y aglutinador, con la incorporación de contradicciones en el PJ (del movimiento Evita a los lavagnistas), en tanto no cuestionen su conducción.
Ahora en cuanto al debate interno…Si ya están de antemano designados los congresales (los cuales mayormente son funcionarios de la actual gestión), sumado al hecho que el resto no kirsnerista que apoya la reconfiguración pejotista canjeará cargos por apoyo me da la pauta de no estar muy esperanzado en este reordenamiento.
Quizás con la Renovación de mediados de los ’80 se fue el último intento serio de redefinir el Peronismo, pero de todas formas sugiero 5 ejes para potenciar, en caso de debate en serio, esta acción de Néstor K.:
1- Hacer más efectiva la participación del sector sindical – en especial las 62 - como columna del movimiento en el PJ y, desde el PJ, en los sectores del poder político, al ser relegados injustamente en estos años.
2 - Incorporar efectivamente a los movimientos sociales y sectores del ámbito civil dentro del marco de una nueva rama: la de las Organizaciones Libres del Pueblo, donde confluyan representantes sociales de base, desde los “piqueteros” a los responsables de comedores, sociedades de fomento, clubes, etc.), a fin de recuperar protagonismo en lo social.
3 - Replantear – más allá del apoyo institucional a la actual Administración de la Cra. Cristina Fernández -nuestro bagaje doctrinario en este nuevo siglo.
4 - Recuperar lazos con los movimientos americanos donde podíamos encontrar afinidades a través de una red, más allá de las consabidas “Internacionales”.
5 - Concentrar materia gris para elaborar un proyecto político a futuro, dado que desde la presentación del Presidente Perón del “Modelo Argentino” en 1974 nos sobran diagnósticos pero carecemos de un proyecto nacional serio y original.
Ahora bien…debemos acompañar este proceso y reanimar al cadáver insepulto del PJ? Evitamos darle el entierro de lujo – tal como pronosticó Perón –, y nos planteamos reestructurado el Movimiento Nacional? Por lo pronto la “desteñida” esperanza K aún puede dar organicidad a un proyecto nacional a través del PJ, vislumbrándose como el único proyecto serio – aún con errores, incapacidades y actos de soberbia – con cuño nacional.
Se verá en estos días los resultados…De paso aprovechemos esta coyuntura para replantear nuestra identidad cultural nacional y popular peronista. Ya que sólo con la firmeza de nuestra identidad podemos superar las adversidades, en estos tiempos iluminados por lo tenue de las lamparitas de bajo consumo y las amenazas de fuegos entre hermanos suramericanos que nos amenazan más que el alza desestabilizante de los precios y los agoreros liberales de los medios de comunicación.
Lic. Pablo A. Vázquez
Instituto Nacional Eva Perón
Instituto Nacional Eva Perón