¿EL ESCENARIO QUE VIENE?
















18/11/2007


Asunto de escala política, dicen.

Gabriel Bustos Herrera

Andan eufóricos con el retorno al poder del Barrio Cívico. Pero los del PJ saben sin embargo que a Celso Jaque le “facturan” ser una especie de Hombre Mirando al Norte: por los Gioja, José Luis y César, claro.

Como si -además de la dependencia K, que hoy exhiben sin rubores la mayor parte de la fauna política y empresaria- Jaque tuviera en sus muñecas hilos atados a las manos políticas de los lungos de la familia de Jáchal que impera en San Juan.

“Es cuestión de edificar escala política: no es mirando al norte, sino desde el Centro-Oeste hacia los puertos”, esgrimen, ofuscados por las críticas, los jaquistas.

Y reverdecen viejas concepciones regionales del justicialismo de estos pagos: como el diluido Nuevo Cuyo de los ’80; los diseños de la energía en común; el túnel de baja altura de los ’90; la ruta 40; la asociación regional a Puerto Ventana o a San Antonio, en Chile (que varios empresarios, entidades y el gobierno local plantearon, en 1994, cuando además se gestó Pro Mendoza, como fundación mixta a imagen y semejanza de Pro Chile), según rememoran en estos días. ¿Hacia el Norte o desde el Centro-Oeste?

En cuanto el malargüino reapareció el miércoles a la espera de ser ungido en Palacio por el matrimonio real, los más atentos advirtieron algunas carpetas dentro del portafolios del inminente gobernador.

Implican, sobre todo, energía -electricidad, gas- y vías de comunicación.

Pero con una particularidad geográfica que pone nerviosos a algunos: ruta de doble vía a San Juan, como parte de la histórica columna vertebral de la 40 norte (incluyendo una paralela, más “arriba”, la ruta Uspallata-Barreal); línea eléctrica de alta tensión Comahue-Mendoza-San Juan (que incluye la Línea Minera en San Juan); la ampliación del gasoducto Loma de la Lata-Mendoza-San Juan (gas para la industria local y las caleras de San Juan), que son gruesas deudas de gestión de Cobos y sus heraldos; la recuperación del Nuevo Cuyo como bloque político institucional; el fortalecimiento de la mesa vitivinícola regional -la Coviar, en la que suman peso específico Mendoza y San Juan, que suman el 90% de ese poder industrial- y hasta diseños turísticos regionales, que incluyen al centro chileno.

Dicen que para esa estrategia no hay contraste en el hecho de que el lunes Cobos inaugurara un sector de la doble vía hacia el sur, ni cuando prometió completar desde la vicepresidencia la doble traza hacia el límite del imperio del Adolfo y el Alberto, en San Luis.

“Suma a la estrategia regional”, explican. Aunque saben que el vicepresidente -en este esquema- se va a su nuevo sillón sin brindar por el tren Trasandino: no habrá oferta a fin de mes en la licitación internacional, porque Luksic, Eurnekián y Tecnicagua piensan jugar en una idea integral con el Gran Túnel y a otro tren diferente.

La política de “agujerear la cordillera” no muestra exclusividades mendocinas, por ahora: el Comité Conjunto de las Vialidades promete inversiones en casi todos los pasos del centro-norte del país (Cristo, Pehuenche, Agua Negra, Pircas).

Es más, las que se programan para Agua Negra, de San Juan y Pircas en La Rioja, son las más gruesas para 2008-2009. Mañana se discutirán aquí, durante el encuentro del Comité Internacional que se reúne a las 9 en el Bustelo. Gioja y los del Banco Mundial analizaron la vieja pretensión de financiación para un túnel de 14 kilómetros, que le hace falta al paso Agua Negra, a unos 4.900 metros de altura, en la cordillera sanjuanina (figura como complemento y alternativa de las propuestas de un Gran Túnel del Sur, aquí, bajo las rocas del Cristo Redentor).
Es que los Gioja exaltan a Mendoza “como la hermana mayor que lidera la región”, pero hablan del “otro corredor bioceánico, el cerealero desde el sur del Brasil, el centro granero argentino y los puertos del Pacífico”.

La minería tan temida.

Las ideas de Jaque, incluyen una que entusiasma a unos pocos, pero recrudece irritaciones: “Ahora Mendoza se dará su política para la minería metalífera”, adelantaron sus alfiles.

De inmediato se activaron promotores de los proyectos pendientes aquí (Río Colorado, San Jorge, Paramillos, y la rehabilitación de Sierra Pintada).

De hecho, Jaque contó el viernes que la CNEA tiene 28 millones en el presupuesto nacional para remediar sus graves descuidos en Sierra Pintada (“Sin remediación no hay reapertura que pueda discutirse”, coinciden los de Jaque).

Un estudio privado le auguró a Mendoza metalífera prontas ventas equivalentes a las del petróleo de 2006 -unos 700 millones de dólares- y una explosión de ingresos fiscales y empleo. En San Juan, desde que la mina de oro de Veladero es agente de retención de ingresos brutos de centenares de pymes proveedoras, la recaudación del rubro aumentó un 85% (IB es casi la mitad de la recaudación propia vecina).

Enrique Pescarmona, en esos días, había lamentado desde el Coloquio de IDEA que la provincia no aproveche la minería metalífera, para impulsar su desarrollo económico y la mejora social.

“Pudimos haber sacado tajada si hubiéramos acordado otras ventajas en compensación”, insinuó sobre la vieja guerra de la Promoción Industrial. Entusiasmos y presagios.

Cuando lo escucharon a Jaque, ambientalistas y algunos sectores municipales del sur y el Valle de Uco se pusieron en guardia: metidos entre las indefiniciones del gobierno que se va, siguen opuestos a los químicos de los gigantes del oro y el cobre (y al gobierno nacional, que pide uranio de Sierra Pintada para su Plan Nuclear): “Primero el Plan Ambiental, la Ley de Uso del Suelo; un Mapa Minero y remediación total del daño que ya hicieron. Sin eso nada”, le advierten a Jaque, mientras relativizan la bonanza minera, de la que San Juan aparece como la niña virtuosa.

El Gioja minero -que tiene su propia pelea con ambientalistas- discute ahora con los canadienses maneras de aumentar el porcentaje de las regalías mineras (3% por ley nacional y allá miran con cariño al 5%) y otras formas de liquidación (los mineros pagan 5% de retención a las exportaciones y 30% de ganancias, según se quejan).

Pese a la explosión de recursos y empleo que le ha implicado Veladero y le prometen Pascua-Lama, Pachón y Gualcamayo, Gioja está convencido de que el negocio de la Barrick canadiense es tan descomunal (la onza saltó de 330 a casi 900 dólares en los últimos años), que quiere pellizcar una tajada mayor para San Juan: “Estamos perdiendo plata”, juran los vecinos.

Claro, necesitará fuerza política para presionar en el Congreso Nacional -sobre todo en Diputados- las reformas al Código y la Ley de Inversiones Mineras, para replantear la legislación vigente. De eso, dicen, habla con Jaque.

“Escala política”. Después del 28, en el PJ del oeste, se ufanan de un pensamiento estratégico regional: “No es Jaque mirando al norte, ni Gioja tironeando las piolas del sur.

Es congeniar política regional en escala, para empujar sus estrategias en el Congreso y en la Rosada”, según teorizan.

Ni a la almohada se lo confiarán, pero huelen que la obsecuencia K y la devaluada Concertación de Cobos no son garantía para sus vidas políticas y mucho menos para los intereses de la región: “Van a tener que ir acostumbrándose a oír propuestas en bloque”, nos anticipan a los desconfiados. ¿Imaginan acaso un enclave político que crezca desde afinidades regionales, como Córdoba o Santa Fe?

Complejo: la política es cruenta. ¿Que dirán en el Palacio Real de estas pretensiones, a contramano del tándem Patagonia-Buenos Aires?