06/08/2008
Con las retenciones móviles estábamos mejor.
La pelea a muerte contra las retenciones móviles no mejoró los ingresos de los productores. Debido a las caídas de precios en el mercado internacional y a las pulseadas del Gobierno con las grandes exportadoras, los chacareros recibieron ayer entre 840 y 860 pesos por la tonelada de soja, un valor inferior a la que les quedaba cuando regía la resolución 125. La soja volvió a bajar en Chicago, y el mercado local se paralizó.
Un chacarero que vendió su cosecha el 8 de abril último, bajo la vigencia de las retenciones móviles, recibió 845 pesos por cada tonelada de soja. Fue el peor precio registrado durante toda la vigencia de la resolución 125.
Ayer, con retenciones fijas de 35%, como propusieron los ruralistas durante el largo conflicto con el Gobierno, el precio pagado a los productores cayó hasta los 840 pesos. Es decir, cinco centavos menos que con las retenciones móviles. A estos valores, los recintos de la bolsa de Rosario y Buenos Aires ayer no registraron operaciones.
Desde abril no sólo cambiaron las retenciones. La oficina que controla el comercio exterior de alimentos, la ONCCA, cambió el mecanismo de pago de derechos de exportación. La modificación acortó de un año a 45 días la validez del registro de embarques y dejó sin cobertura a las exportadoras ante una eventual modificación de retenciones. Hasta entonces, el productor recibía el precio internacional menos las retenciones.
Pero ahora las industrias aceiteras y las exportadoras trasladaron el riesgo de que cambien los derechos a los precios locales, y aplican un descuento adicional. Es lo que en el mercado denominan "riesgo retención", la incertidumbre que alegan tener las exportadoras porque desconocen si la Casa Rosada, de manera sorpresiva, vuelve a elevar las alícuotas.
El precio internacional en Chicago volvió a caer y cerró en 466 dólares por tonelada. Descontadas las retenciones, el valor teórico de la oleaginosa en puertos argentinos debería estar entre 920 y 930 pesos. Pero la cotización en las pizarras locales mostraba, a lo sumo, 860 pesos. La diferencia es el descuento adicional ("riesgo retención") aplicado por las compañías luego de las resoluciones de la ONCCA.
Los productores, ante los precios tan bajos, retienen la cosecha que todavía atesoran sin vender en sus campos. La cuestión genera una enorme preocupación en los despachos oficiales: como los productores no venden a la espera de una mejor cotización de la soja, los exportadores no venden y no ingresan divisas al país.