Jorge H Alvaro - Vicepresidente del Bloque de la Concertación presenta la postura del Bloque en el Congreso, en ocasión de la aprobación del Reordenamiento Ferroviario.
Sr. Presidente (Fellner).- Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza.
Sr. Álvaro.- Señor presidente: seré muy breve. Por momentos pienso que me confundí de poder, porque a veces parece que estuviera en el Poder Judicial y no en el Poder Legislativo. Creo que tenemos que ir al núcleo de las cosas.
El bloque de la Concertación va a acompañar enfáticamente este proyecto y lo va a fundamentar en cuestiones históricas brevemente descriptivas.
Hace 120 años, en 1888, la República Argentina tenía 6.900 kilómetros de vías, en un proceso expansivo que la llevó a tener casi 47 mil kilómetros.
Hoy tenemos en utilidad plena nuevamente 6.900 kilómetros. La pregunta que me hago y que hago a mis colegas es ¿qué es lo que estamos esperando? Se nos da una oportunidad.
Tenemos el desafío planteado. Tenemos un mundo y un país con el fin de su producto hidrocarburífero a plazo fijo y el consecuente encarecimiento de todo tipo de transporte que tenga que ver con el motor de combustión interna.
Tenemos ferrocarriles destruidos que se usan solamente en grandes conglomerados urbanos y en algunos pocos ramales para el transporte de carga.
Es hora de que los argentinos pensemos en el futuro. Es hora de que nos pongamos a pensar de qué modo revertimos la profunda decadencia de un medio de transporte que siempre fue financiado por los argentinos, y esto ya lo dijo Raúl Scalabrini Ortiz en 1937. Aunque después la mayoría de ellos se los compramos a los ingleses y a los franceses, siempre fueron nuestros; los hicimos nosotros y los pagamos nosotros.
Lo que tenemos que conseguir nuevamente –sólo que con otro mapa‑ es que los mendocinos podamos ir a Córdoba o a Neuquén sin necesidad de pasar por la Capital Federal, tal como ocurre ahora. Y lo que estamos considerando hoy son precisamente las herramientas para poder llevar adelante una reconversión de este tipo, no una reconversión de obsolescencia sino un rediseño.
Me gustaría estar aquí dentro de un tiempo discutiendo un plan, una traza, una financiación y una ecuación financiera de un ferrocarril para que dentro de cincuenta años nuestros hijos y nietos no nos reclamen porque se acabó el petróleo.
Tengamos en cuenta que hoy, en 2008, ya cuesta 100 dólares el barril de petróleo. No quiero ni imaginar el costo que va a tener dentro de veinte años cuando se nos acabe el poco petróleo que tenemos; no quiero ni pensar en las consecuencias económicas y sociales que va a tener esa situación.
Señor presidente: prometí ser breve y voy a cumplir. De modo que quiero terminar todo este pensamiento sobre las consecuencias del desguase ferroviario y esta idea de repotenciar el ferrocarril como un medio de transporte esencial y no necesariamente competitivo con los otros que existen.
Debemos tener en cuenta que el ferrocarril tiene como último destinatario a ese pueblo que no accede a los aviones, que lo necesita para recibir la cultura y otros beneficios y que lo necesita para lo más elemental: trasladarse todos los días a su trabajo.
Hoy los sectores medios y altos de la Argentina no sólo no usan el ferrocarril sino que los más jóvenes ni siquiera saben que existe. Pero en algunas ciudades del interior e incluso aquí en la Capital tenemos algunos ejemplos claros de cómo la sociedad argentina puja por volver a usar este medio de transporte, y nosotros ‑insisto‑ tenemos la obligación de darle las herramientas.
En el mes de septiembre del año pasado en Mendoza se licitó una obra llamada Ferrotranvía Urbano, que consiste en utilizar una infraestructura ferroviaria existente, que atraviesa el centro de la ciudad de Mendoza en una longitud de 24 kilómetros, lo que permitirá reducir drásticamente el ingreso de automóviles, que hoy colapsa la capital de mi provincia.
Aquí mismo el ferrocarril Sarmiento acaba de adjudicar, por un monto de 3.200 millones de dólares, el soterramiento, construcción y operación del tramo ferroviario que va de Caballito a Moreno, operaciones que implican diez mil puestos de trabajo.
De todo lo expuesto concluimos que, nos guste o no, con el ferrocarril hay que hacer algo, y aprobando esta iniciativa tenemos la posibilidad de otorgar las herramientas necesarias.
Por estas razones nuestro bloque va a votar afirmativamente esta propuesta. (Aplausos.)
REORDENAMIENTO FERROVIARIO
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