GRUPO CLARÍN Y UN NEGOCIO SIN RIESGO


periodísmo comprometido con la verdad



El monopolio de la televisación del fútbol

Para cualquier director de programación no habrá mejor programa que una final de fútbol.

Televisar a 2 equipos disputándose una Copa eleva a lugares impensados las expectativas de rating, atrayendo anunciantes y reforzando la posición del Canal en la grilla Nacional e Internacional.
Seduce a pasiones ver cómo los 2 mejores equipos de un torneo se trenzan en una pugna de habilidad, fuerza, e inteligencia que coronará sólo al mejor. La leal competencia, al fin, es la esencia del juego.
Contrariamente, en el mercado televisivo el que juega es sólo uno, negando éste toda competencia, y apareciendo así cómo incuestionable ganador por ser el dueño del único lente que puede seguir el trazado de la pelota. El Grupo Clarín es la empresa que monopoliza los derechos de televisión, y como en todo monopolio los damnificados son muchos: El televidente, las diversas empresas del rubro y los Clubes; todos rehenes de la voluntad de una firma que hace ejercicio de una práctica de comercio penalizada por Ley.

Haga de cuenta que Ud. es el dueño de la única cancha del Pueblo, el que lleva la pelota, y por consiguiente el que elige a los 21 que salen a jugar (Ud. será el restante, claro está). ¿Qué posibilidades tiene de que su equipo pierda ? Ninguna claro. Con tal de conservar la autorización para volver a jugar, sus "amigos" se dejarán extorsionar implícitamente y le permitirá pasar cada vez que los encare con pelota al pie. Pero si le decimos que con reglas similares se comercializa el Fútbol Argentino, entonces estamos en un problema que afecta mucho más que a 21 personas y que trasciende las fronteras del imaginario poblado.

En el Fútbol Argentino el dueño de la pelota es el Grupo Clarín, que administra las señales comercializadores de los partidos del fútbol profesional de Argentina: Tele Red Imagen (TRISA) y Televisión Satelital Codificada (TSC). Su poder ganó tentáculos con la adquisición de uno de los principales cableoperadores del país. Compró las acciones de Clablevisión, la cual la sumó a la ya propia, Multicanal, absorbiendo así casi el 70 % del mercado Nacional de televisión por cable. La millonaria operación extendió su dominio monopólicos, al cual sostiene lesionando Leyes tales como la 25.516 de Defensa de la Competencia.

Como es el dueño de los derechos de televisación y también de empresas la cual le interesan adquirir esos derechos, entonces el Grupo Clarín ejerce una singular práctica de mercado que nace y muere en el circuito interno de sus oficinas: 1 de sus empresas le vende sólo a otras de sus empresas.
Es que TRISA y TSC le niegan la venta de sus derechos televisivos a otros cableoperadores -aglutinados en la Cámara de Cableoperadores Independientes (CCI)-- que, en diferentes regiones del país, son competencia de Cablevisión y Multicanal. Se hizo el reclamo pertinente ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), pero diversas argucias legales dilatan la aplicación de la Ley, jugando de tal modo a favor del Monopolio. Aunque hubo logros. 1 de ellos fue que la firma comercializadora le ponga precio a los partidos de fútbol, transmitidos por medio de la señales TyC Sports y TyC Max. La cotización llegó, pero con cifras millonarias, a sabiendas de que son nº vedados a la realidad del mercado. Obviamente los miembros del CCI no pudieron abonar dicha tarifa, por lo cual los mismos siguen sin poder competir lealmente en el mercado frente a Cablevisión y Multicanal, atento que nadie ignora el decisivo peso que el fútbol tiene en la elección de un cable por parte del cliente.

Negocio sin riesgos

Reducir el margen de riesgo es la obsesión de todo inversionista, salvo que este apueste sus billetes al Fútbol Argentino. Es que el mercado televisivo de la redonda tiene su clientela cautiva en el país --por esto de concentrar las emisiones de sus señales en los cable que administra--, no contempla en su contrato con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) la discusión de tarifas, y se vende el producto al exterior sin compartir porcentaje alguno de la plusvalía. Y ni hablar de la posibilidad de una licitación de la concesión de tales derechos.

El Grupo Clarín abona anualmente $ 180 millones a los Clubes del país por sus Derechos de televisación. Teniendo 6 millones de abonados y vendiendo la mitad de los partidos de cada fecha de 1ª División (5 encuentros que van por la señal codificada) a un promedio de $ 22, entonces recaudará por mes algo así como $ 132 millones. Pero seamos pesimistas. Pensemos en que sólo la mitad de sus abonados pedirán el servicio de Fútbol Codificado. La recaudación rondaría los $ 66 millones, lo cual en 3 meses reunirá el dinero anual que le debe pagar a los Clubes.
Conclusión: El negocio que se pierden las entidades por no comercializar sus Derechos de imagen en forma individual es millonario. Pero no es que todos los Clubes están de acuerdo en vender sus derechos al Grupo Clarín, que también comercializa la publicidad estática de los estadio. El mismo es una imposición de AFA, que actúa como agente cómplice del negocio a pesar de las claras señales de leonino que tiene el mismo para las Entidades Deportivas.

Aunque, en rigor, el negocio es mucho más grande. Porque la empresa comercializadora también vende sus derechos al exterior, en mercados como el EE UU y China, donde se cuentan por millones los consumidores del Fútbol Argentino. Incluso en Asia, donde el cambio horario es perjudicial para la difusión del producto, un reciente informe identificó en 40 millones a los Chinos que madrugan por seguir la suerte de Boca y River, entre clubes. Y es dable aclarar que en el exterior las tarifas se fijan en U$A.

Espíritu deportivo

Con el más sano de los concepto deportivos se comenzó a tratar los Derechos Televisivos en la Unión Europea (UE). En el 2003, por caso, la Comisión Europea ha decido vender los Derechos de sus certámenes a diferentes empresas. ¿El fin? Lograr mejores réditos a los Clubes, a consecuencia de un principio básico del mercado: A más interesados, más se pagará por el producto. Esto beneficia claramente a los Clubes, incluso a los más chicos, que ven reducir sus distancias económicas con los más grandes, ampliando así la posibilidad de llegar a los grandes escenarios, como sucedió temporada atrás con el Villarreal de España, entidad que hasta hace un lustro no tenía antecedentes trascendentes y en poco tiempo se erigió en protagonista de las semifinales de la Liga de Campeones, certamen más prestigio del Viejo Continente.

En algunas Ligas del mundo los Clubes ya tienen autonomía para vender sus derechos libremente. La UE no permite la venta masiva de los derechos de televisión. Es intención comenzar a defender los intereses de los Clubes, que a la postre son las instituciones por las cuales la sociedad canaliza su expresión deportiva.

En nuestro país, en cambio, el Poder Judicial no defiende a las Leyes, y con eso se permite el ej. de conductas comerciales claramente prohibidas. Alcanza con recordar que las empresas teledifusoras deberían tener, como mínimo, el 70 % de su capital de origen Nacional. En el país sólo se sabe que el dueño del fútbol televisado hace uso del Monopolio. Cualquier otra pregunta no tiene respuesta. Si ni siquiera los Presidentes de los principales Clubes del Fútbol han podido leer el enigmático contrato firmado entre la AFA y el Grupo Clarín por la cesión de los Derechos de Televisación hasta el 2014.