Por Giovanna Carparelli (1)
“Son como ‘campeones de la libertad’, vigilan a todos y a ellos no los vigila nadie”.
Así definió Eduardo Blaustein, periodista y escritor, la situación de poder de la que gozan los medios masivos de comunicación en la Argentina, durante su presentación en las Jornadas “Cultura y Medios en Dictadura y Democracia” (mayo/2008, Biblioteca Nacional, http://www.mediosydictadura.org.ar/)
Los medios masivos de comunicación se han arrogado un rol de policía moral e intelectual que les permite decir a la sociedad lo que está bien y lo que está mal, quién tiene razón y quién no, quién tiene derechos y quién de antemano se presume culpable.
Y en una sociedad lobotomizada como la nuestra sus parcialidades, fanatismos, vedetismos e inmoralidades se inscriben como “vox populi”, como aquello que “la gente piensa” o eso que “la gente quiere ver”.
El informe realizado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) respecto de la manipulación de significados que hicieron los medios, especialmente la tele, durante la cobertura del lock-out agrario (http://www.frentetransversal.com.ar/spip/article3761.html ), nos devela la urgente necesidad de discutir sobre las atribuciones que se han auto-asignado los grupos económicos multi-medios con tufo monopólico que detentan el poder de informar.
Los empresarios propietarios de medios masivos aparecen entonces como hábiles titiriteros, capaces de jalar los hilos de la opinión pública a su antojo, inspirados por el inagotable deseo de ganar más dinero y concentrar más poder. Imperceptibles hilos atados a los dedos sobre los teclados. Oscuros tientos detrás de las percepciones en los relatos. Ocultos piolines tironeando de las opiniones dichas frente al micrófono.
No faltan periodistas y analistas políticos convencidos de la ideología liberal-capitalista, creyentes de las leyes del mercado y defensores del derecho de empresa por encima de cualquier otro, genuinos portavoces de ese pensamiento afín y funcional a los intereses de sus empleadores o socios.
Pero también están los periodistas cautivos de su salario, u honorario, dado que muchos ni siquiera son empleados formales de estas empresas. La precarización de la relación laboral de periodistas, fotógrafos, camarógrafos y demás trabajadores de esta industria, es la primera concesión al empoderamiento de un puñado en detrimento de los demás.
El periodista que arrienda su pluma para llevar el pan a su mesa puede que esté amordazado por su propia necesidad y que se proteja en la negación de su sometimiento, incluso a partir de negar la existencia de cualquier ideología, la de la línea editorial del medio en que se gana la vida o de cualquier otra.
Para Eduardo Blaustein hoy Página/12 es el mejor diario de la Argentina. Pero trabaja en Crítica (Jorge Lanata). “¿Por qué trabajás en un diario tan gorila?!”, le gritó una mujer del auditorio. “Porque le tengo que dar de comer a mi hijo”, respondió ¿él?... ¿otro panelista?... La respuesta puede caberle a cualquiera.
La aparente decisión política de discutir y sancionar una nueva ley de Telecomunicaciones -que derogue la actual ley de Radiodifusión 22.285 - ha metido oxígeno en el cuartucho maloliente donde aún después de 25 años de democracia siguen encerradas y torturadas las ideas de pluralidad, hermandad e identidad cultural.
Los medios masivos han sido útiles herramientas para construir un ideario colectivo que promueve los intereses corporativos por encima de los colectivos, que azuza la desintegración social por el temor o el desprecio hacia los sectores empobrecidos y promueve el individualismo consumista importado como paradigma social, despreciando valores nativos o reduciéndolos a la categoría de “notas de color”.
Por eso es necesario promover el análisis y la discusión respecto del rol que deberían desempeñar los medios masivos en la sociedad. Necesitamos pensar, consensuar y legislar una nueva ley que nos permita vernos para conocernos, escucharnos para entendernos. Las caras de todos. Las voces de todos. Necesitamos debatir las diferentes aristas, alcances, implicancias, nuevas tecnologías y posibilidades que podrían ponerse al servicio de toda la sociedad para que contribuyan a su reconstrucción, en vez de seguir jalando de las partes para terminar de destruirla.
(1) Periodista. Lic. Comunicación Social. Trabajó en medios de comunicación de Mendoza (diario UNO, diario Los Andes, Radio Nihuil, Canal 7, FM Andes) y colaboró con algunas revistas locales y nacionales. Hace 8 años se retiró de la actividad periodística en medios masivos
LA NECESIDAD DE DISCUTIR EL ROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
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