53 AÑOS TUVIERON QUE PASAR PARA QUE UN GOBIERNO CONSTITUCIONAL HONRE A LOS CIVILES CAÍDOS EN EL '55


LA VOZ DE LA JOTAPÉ

Juventud Peronista de Paraná


15/06/2008



Siempre la víctima es el pueblo y el agresor la oligarquía


Escribe: Blas García

El bombardeo a Plaza de Mayo inauguró la violencia contra el Pueblo, para sembrar el terror, a través de la matanza indiscriminada de inocentes, permitiendo la entrega del patrimonio nacional.

Orígenes de la violencia política en Argentina

Cuando los defensores de proyectos antipopulares, expertos en olvidos maliciosamente consumados para instalar la desmemoria, ubican el origen de la violencia a principios de los setenta, olvidan tres hechos fundamentales previos, que fueron los desencadenantes de la violencia política en la Argentina moderna:

1. el bombardeo de la Marina contra el pueblo en Plazo de Mayo el 16 de junio de 1955 para matar a Perón y alzarse con el poder.

2. el golpe militar "libertador" del 16 de septiembre de 1955.

3. los fusilamientos y asesinatos en José León Suárez, Lanús y La Plata de junio de 1956.

Masacre Ignorada

Este primer hecho, para gran parte de la sociedad, se encuentra olvidado, aunque su resultado aterroriza: más de 350 muertos.

Ese día, con la Masacre de Plaza de Mayo, nace el proceso de violencia política oligárquica contra el Pueblo en la Argentina moderna. Fue un crimen de lesa humanidad, pero jamás fue condenado. Un hecho que nunca se debatió, en la profundidad y en la importancia que merece dentro de la historia nacional. La importancia crucial de su recuerdo radica en que fue la primera manifestación de violencia anti-popular reaccionaria de tal dimensión. Porque los bombardeos del 16 de junio, como todos los delitos impunes contra el pueblo que posteriormente se cometieron, se multiplicaron luego en un espiral de violencia que desembocó en el genocidio y en el terrorismo de Estado. El silencio histórico impuesto sobre la matanza del 16 de junio de 1955 permitió que 20 años después se pudieran concretar los horrendos crímenes del Proceso de Reorganización Nacional.

Causas reales del intento de golpe

La oligarquía criolla, el imperialismo yanqui, junto con sus aliados dentro de la Iglesia y sectores de las Fuerzas Armadas, prepararon una conspiración para derrocar al gobierno peronista y barrer a la C.G.T. De esa manera podrían suprimir las conquistas sociales del justicialismo y eliminar la herramienta política para defender esas conquistas, permitiendo la penetración del imperialismo yanqui en la economía nacional. Después de "tolerar", durante casi de diez años, una profunda revolución política, económica y social, el imperialismo se niega a que la gesta popular continúe, que se mantenga a rajatabla el porcentaje más alto de distribución del ingreso en toda la historia latinoamericana: hacia mediados de 1955, la participación de los trabajadores en el PBI era cercana al 53 por ciento.

Las necesidades económicas de los EE.UU. lo impulsaron a avanzar sobre Latinoamérica, para ello necesitaba tener en el continente gobiernos que no ofrezcan resistencia a sus ambiciones, sino que se las faciliten y le otorguen día a día mayores ventajas. El gobierno peronista no era de esos. Peor aun, era líder y ejemplo político de antiimperialismo para todo el continente.

Excusas Divinas y objetivos terrenales

Con el fin de contribuir a este proceso, una crisis política se monta sobre motivos falsos: la política "anti-cristiana" del peronismo, la ley de divorcio, la ley de los "hijos naturales" y la situación de la educación. Todas estas medidas detonarán el enfrentamiento entre Iglesia y Gobierno. Los objetivos reales del conflicto, que tiempo después conseguirían los golpistas, era la aplicación de un conjunto de políticas que en tenia como objetivo restaurar el orden oligárquico a través de:

a) La aplicación de un programa económico en desmedro de los trabajadores con la finalidad de cambiar la redistribución del ingreso a favor de los patrones;

b) mayor penetración y control del imperialismo yanqui en la economía nacional;

c) consumar una derrota irrecuperable del peronismo y de la CGT.

d) la apropiación del gobierno por un partido político, una nueva Unión Democrática, que podría ser dirigido por la iglesia y los radicales unionistas, encuadrando y conduciendo a todos los sectores antiperonistas. Después del golpe de septiembre de 1955, no existirán dudas de que una parte significativa de la Iglesia era funcional, y en algunos casos socia, de la oligarquía y el imperialismo, y que utilizó esos motivos como excusa para confrontar con Perón y desestabilizar al gobierno.

Plan de tareas rebelde

Por la mañana del 16 de Junio, el día más sangriento de la historia contemporánea, los militares golpistas pondrían en ejecución un plan que consistía en aprovechar un vuelo-homenaje de desagravio a la bandera nacional que despegaría a las 8 hs., y bombardear la Casa de Gobierno.
El presidente, advertido por sus ministros de esta posible ofensiva, había encontrado asilo en el Ministerio de Guerra.

Simultáneamente, efectivos de la marina junto a un grupo de políticos denominados "comandos civiles" intentaron tomar la Casa Rosada para secuestrar o matar a Juan Perón, en un intento por terminar con el gobierno constitucional que había sido reelegido sólo tres años atrás con el 68% de los votos.

Los "comandos civiles" armados eran dirigidos por el radical Miguel Ángel Zavala Ortiz, luego miembro destacado de la Junta Consultiva de la dictadura llamada "Revolución Libertadora" y mas tarde, canciller del gobierno del radical Arturo Illía.

Masacre del Pueblo en la Plaza

El ataque a traición de los aviadores navales subversivos se realiza cerca del mediodía, cuando una formación de aviones ametralla y bombardea Plaza de Mayo y la Casa de Gobierno para terminar con el gobierno que había sido reelegido sólo tres años atrás con el 68% de los votos.

La primera de las bombas estalló en el techo de la Casa de Gobierno. Otra, infinitamente mas desgraciada, hace estallar un trolebús lleno de pasajeros y mueren todos. Fue solo el comienzo de una verdadera masacre de civiles. Desde la sede de gobierno contestaron el fuego cuarenta granaderos y algunos empleados civiles.

Después del primer bombardeo criminal, el pueblo organizado marchó a la Plaza en defensa de Perón, pese a la reticencia de su líder, los obreros salieron a la calle, al grito de "¡Perón, Perón!" a defender su causa, y los militantes peronistas que caminaban en masa colaborando con las tropas leales, sufrieron ataques de los militares subversivos.

El Pueblo se moviliza

La CGT convocó a los trabajadores de capital y conurbano: "Compañeros, el Golpe de Estado ha comenzado. Todos los trabajadores deben reunirse en los alrededores de la CGT, donde recibirán instrucciones. ¡Demos la vida por Perón!"

Para las 18.15 eran cientos los descamisados que se reunieron a defender su gobierno en la histórica plaza cuando una nueva oleada de aviones arrojó su mortífera carga de nueve toneladas y media de explosivos sobre la multitud. Pero el mayor número de víctimas de esa jornada no se produjo por las bombas, sino por el ametrallamiento deliberado sobre grupos de civiles cerca de la CGT y frente al Ministerio de Marina rebelde.Los trabajadores que acuden al centro en defensa del gobierno, en camiones y camionetas fueron el blanco de uno de los crímenes más atroces de nuestra historia.

Consecuencias lamentables

En la Plaza de Mayo y sus alrededores quedaron los cuerpos de 355 civiles muertos y los hospitales colapsaron por los más de 1.000 heridos. Se había perpetrado el peor ataque terrorista de la historia argentina.Como "castigo" a la movilización civil que respaldaba al presidente Perón, los cadáveres quedan sembrados en la plaza histórica y sus adyacencias, unos pertenecientes a peronistas que habían acudido en apoyo al gobierno, y otros de anónimos transeúntes.

Huida y rendición

Consumada la mayor masacre del siglo XX contra una población civil indefensa; y fracasado el golpe, al no conseguir la adhesión de las otras fuerzas militares, los aviones fratricidas huyeron hacia el Uruguay. Llevaban pintadas en sus alerones la V y encima la Cruz, símbolo de "Cristo vence", una particular consigna de genocidas que se propusieron salir a matar al pueblo en nombre de Cristo, la libertad y la democracia.

Infantes de Marina, atrincherados en las cercanías de la Casa Rosada, en el sector de la Plaza Colón, tras disparar a mansalva a la población, tuvieron que capitular.

Cuando el Pueblo enardecido se concentró con palos frente a la Marina, el almirante golpista que estaba al mando envió un "dramático" mensaje al jefe del ejército: "Intervenga. Mande hombres. Nos rendimos, pero evite que la muchedumbre armada y enfurecida penetre en el edificio".

En el Uruguay, en el comité de recepción, los esperaban Carlos Suarez Mason, exiliado allí desde 1951 y futuro jefe de asesinos del primer cuerpo de Ejército en 1976, y el socialista Américo "Norteamérico" Ghioldi, futuro embajador de Videla.

Los gérmenes de lo que ha de venir

Fue la segunda vez, en la historia argentina, que la ciudad de Buenos Aires era bombardeada. La primera fue durante las invasiones inglesas de 1806. A diferencia de la anterior, en 1955 los asesinos vestían uniformes militares argentinos y las víctimas fueron civiles inocentes, desarmados y también argentinos. Pero pese a los años, las causas de ambos bombardeos era similar, y ambas no tenían nada que ver con el Pueblo Argentino ni con sus intereses. Después del bombardeo se abrió un periodo de inestabilidad y retroceso de la causa popular. El antipueblo estaba organizado, el imperialismo ya había definido el plan y la oligarquía local a su servicio comenzaba a ejecutarlo sin vacilaciones, sin importar cuantas vidas había en el medio.

Pese a los esfuerzos, la situación había llegado a un punto sin retorno. Dirigentes conservadores, radicales, liberales, comunistas y socialistas, todos los partidos socios y funcionales al imperialismo exigen la renuncia de Perón. Los "comandos civiles" se organizan, el Ejército, la Marina y gran parte de los demás sectores de las Fuerzas Armadas conspiran abiertamente.

Meses después, en septiembre, Perón será derrocado por la mal llamada "revolución libertadora". Y la palabra "gorilas" fue usada para nombrar en primer lugar a los militares golpistas, pero que después se generalizó para identificar a los sectores conservadores y del privilegio, que a través de golpes militares llegaban al poder.

Comenzó así la represión oligárquica que siguió con los fusilamientos de José León Suárez y se desplegó por años contra el Pueblo que respondió con la Resistencia Peronista, culminando con miles de muertos, torturados y desaparecidos durante la Dictadura del Proceso.

Culpabilización de las víctimas

Por la noche, multitudes no identificadas quemaron una decena de templos católicos céntricos, incluyendo la curia. Luego, los antiperonistas y los historiadores oficiales pondrán más énfasis en la quema de las iglesias que en los asesinatos de civiles desarmados perpetrados horas antes por la aviación sublevada. Desconocerán que antes los gorilas habían matado, herido o mutilado a más de 2 mil personas. La "Revolución Libertadora" encabezó el recurso de culpabilización de la víctima: Perón era responsable por las muertes -que nunca se nominaron ni enumeraron- porque habría convocado a los trabajadores, a sabiendas del riesgo.

Violencia antipopular

El bombardeo a Plaza de Mayo inauguró las décadas más violentas de la historia argentina y fue un prologo al horror, a la violencia contra el pueblo, para sembrar el terror, a través de la matanza indiscriminada de inocentes, permitiendo la entrega del patrimonio nacional que la sangrienta dictadura militar de 1976 consumará definitivamente 20 años después.

Quedó así demostrando que la violencia antipopular es inseparable de una estructura social injusta y de un orden social basado en la exclusión y marginación económica, social y cultural de amplios sectores de la sociedad.

Por eso no se puede recordar a los caídos durante la masacre del 16 de junio de 1955 como algo trágico solo del justicialismo. La gravedad de los acontecimientos obliga a ponerlo en la memoria de todos los argentinos.