LOS JÓVENES Y LA POLÍTICA - LA UES


Santa Fe - 08/06/2008


Ciudad

Los jóvenes que hacen de la política un divino tesoro.

Tuvo lugar ayer el Encuentro Nacional de Estudiantes Secundarios, con más de150 pibes de todo el país.

Una jornada en la que jóvenes de todo el país demostraron que las ganas de participar continúan intactas.

Son pibes y pibas como tantos. Con sus zapatillas y camperas de jeans, algunos con piercing y pelos revueltos, otros con remeras de equipos de fútbol y todos con esa desfachatez adolescente plena de risotadas. Pero lo que los diferencia de otros jóvenes, que a la misma hora del sábado caminan por el centro o están desparramados en las plazas, es de lo que hablan. “Participación”, “proyecto popular” y “organización”, son algunas de las palabras que se repiten entre los distintos grupos que se diseminan a lo largo de un amplio salón de San Lorenzo al 1800, la sede de ATE.
Pero no son sólo palabras sueltas, hay conceptos políticos claros concisos y concretos. Estos pibes tienen además un fuerte basamento histórico y mítico, nada menos que la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), un movimiento juvenil peronista que tuvo su máxima expresión en los años 70 y que ahora resurge.
Así, en la jornada de ayer, tenía lugar en Rosario el primer Encuentro Nacional de Estudiantes Secundarios, en el cual más de 150 jóvenes de todo el país discutieron en torno a los desafíos de la organización gremial en los centros de estudiantes, al sistema educativo en general y a la coyuntura política del país.
Con sólo 17 años Ignacio Rico, alumno del Superior de Comercio, habla de crear “semilleros”, esto es, ampliar la participación política de los jóvenes –como lo viene haciendo él mismo desde el año pasado– a través de trabajos barriales solidarios, de charlas de formación política con estudiantes universitarios, de talleres de oficios y apoyo escolar, entre otras tareas.
“Tenemos que recuperar entre los jóvenes una herramienta política para la liberación nacional y social”, sentencia.Martín Gordillo, de 19 años, vino desde La Plata en donde es delegado del centro de estudiantes de una escuela para adultos. Cuenta que se encontró “con muchos compañeros con ganas de hacer cosas, de aprender, de crear”, y destaca: “La palabra solidaridad aún está viva”.
Entre los participantes del encuentro de la UES que se realizó ayer en Rosario se escuchaban voces con distintos acentos; es que llegaron jóvenes desde Santiago del Estero, Entre Ríos, Córdoba, Tierra del Fuego y el conurbano bonaerense, desde Tandil hasta San Nicolás, entre otros puntos del país.
Martín comenta que “la tradición en La Plata es fuerte por la gran historia de lucha de los estudiantes, en especial los que dejaron su vida luchando, como quieras fueron protagonistas de «La noche de los lápices» durante la dictadura”. “Así todo –continuó el joven– es un gran desafío organizar a los secundarios después de la imposición de un modelo neoliberal, en donde la consigna era sálvese quien pueda. Y es contra ese estilo individualista que hay que luchar. En mi caso, yo estudio en una escuela de adultos por lo que estoy en contacto con gente más grande y veo que es muy difícil dejar atrás 30 años de frustraciones. Pero también creo que existe una vuelta de ilusión entre los jóvenes, que sienten una vez más que pueden transformar un montón de cosas, y para eso necesitamos una herramienta política organizativa”.
Por su parte, Ignacio destaca que en Rosario pasa algo similar. “En la ciudad se están formando grupos de jóvenes que se plantean ponerse al frente de reivindicaciones concretas de hoy. Nosotros tenemos, en primer lugar, la de la defensa de la educación pública y el boleto de transporte, que en Rosario viene aumentado progresivamente en los dos últimos años”. “Pero la idea es ampliar la construcción política a cada rincón en donde haya una reivindicación pendiente.
Y no se trata sólo de los problemas que podemos tener los estudiantes, sino de todas las reivindicaciones colectivas, que son muchas y cada vez aparecen nuevas, que exigen una fuerza de transformación conjunta, que incluye a los trabajadores, a desocupados, a las organizaciones sociales y a las de derechos humanos”, dice el joven.
“Otra de nuestras metas –agrega el estudiante secundario– es luchar por las escuelas técnicas que no fueron por casualidad las más castigadas. Las desarmaron porque eran las que bancaban el sistema productivo y eran las protagonistas de la educación de los trabajadores. Hoy ninguna de las técnicas tiene centro de estudiantes”.
Pero qué es lo que motiva hoy a los pibes a ser parte de una propuesta política. Ignacio piensa que sus ganas de participar y de hacer política quizás provengan de sus padres que fueron militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Para Martín, en cambio, no hay ningún antecedente familiar de militancia. “En mi caso tiene que ver con la rebeldía, la rebeldía es la que me llevó a interesarme en la política, a intentar crear un centro de estudiantes, a ser delegado”.
Por su parte Ignacio considera que “a partir de 2001 se rompió ese modelo impuesto de no participación, de ser apolítico, y desde entonces entre los jóvenes resurge una vuelta a creer en algo”. “En ese marco, hay un mar de reivindicaciones pendientes y el rol de los jóvenes es que la política vuelva a ser una herramienta de transformación y no una actividad para el beneficio propio. Hay que reconstruir el Estado y los jóvenes tenemos que aportar nuestro granito de arena”, definió el integrante de la UES Rosario.
Entre las actividades que desarrollaron ayer en la sede de ATE hubo un panel en torno a la nueva ley nacional de educación, del que participaron Stella Maldonado, secretaria general de Ctera; Sonia Alesso, secretaria general de Amsafé, y Santiago Martorelli, jefe de Gabinete de la ciudad de La Plata.En el cierre de la jornada de ayer que se desarrolló en ATE participó Emilio Pérsico, secretario general del Movimiento Evita, y Emilio López Montaner, hermano de unos de los militantes de la UES detenido-desaparecido durante “La noche de los lápices”.