¿QUIÉN TIENE LA CULPA DE LA INFLACIÓN?


09/06/2008


Los salarios y su impacto en la inflación


“Agflación” versus costo laboral


Artemio López

En un reciente reportaje concedido a la revista Zoom, el economista de la Flacso Eduardo Basualdo planteaba, analizando las causas de la inflación, que “el costo relativo de la mano de obra para las empresas es mucho más reducido hoy que en 2001.

El salario tiene dos condiciones, demanda y costo para las empresas. En estos años, aumentó como factor de demanda más que como costo. De ahí que cuando se analizan los factores estructurales de la inflación, se debe tener en cuenta esto, ya que no se le pueda adjudicar al salario real la responsabilidad de la inflación.

La inflación puede ser producto de cuellos de botella muy importantes en la economía argentina por la creciente utilización de la capacidad instalada.”Sin embargo, más allá de algunos casos específicos, tampoco a este factor se le puede adjudicar el incremento de precios ya que hubo una reactivación muy importante de la inversión productiva. ”

Lo que parece influir decisivamente es el veto de los sectores dominantes a que siga aumentando la participación de los asalariados.

Parece que la consigna de estos sectores es que del nivel de 2001 no se pasa. Allí radica uno de los contenidos fundamentales de la inflación.” Desde otra perspectiva, Ernesto Kritz advierte, en su newsletter de mayo de 2008, que efectivamente el alza del costo laboral por unidad de producción se acercaba a los niveles de “desequilibrio” de 2001, que, agregamos nosotros, requirieron, entre otras cosas para ser corregidos, de 55% de informalidad y una megadevaluación para volver a los niveles de “equilibrio por unidad de producción”.

Dice Kritz: “Con la devaluación, el costo laboral en la industria tuvo una fuerte caída, pero luego se fue elevando a razón de un 10% anual. Desde el segundo trimestre de 2003, hasta el primero de 2008, el salario obrero por hora trabajada aumentó 224%, en tanto que los precios básicos de productor (en pesos) crecieron 57%.

Descontando del incremento del salario las ganancias de productividad del período, el alza del costo laboral real (en pesos) por unidad de producción (UP) fue de 58%, quedando a menos de 20 puntos del nivel predevaluación, que claramente no era de equilibrio”.

Uniendo ambos enfoques, en 2007 el aumento del precio de las commodities agrícolas rompe el promedio de precios históricos del país, que aun con tendencia a la baja se sostenía desde los años setenta, y se transforma en un motor inflacionario doméstico insoslayable.

Sin embargo, la segunda gran problemática que marca la elevada tasa inflacionaria resulta de la no convalidación empresarial que asume la forma de presión inflacionaria doméstica, de los niveles de participación crecientes de los trabajadores medidos como alza del costo laboral por UP a partir de 2002.

Éste se acercaba sostenidamente a los niveles existentes en 2001, antes de la megadevaluación, que Kritz señala “claramente no eran de equilibrio”.